Testimonio anoréxico

Testi
monio

Demostrar el Dolor

Recuerdo mi primera reunión de OA/CCA hace ocho meses.

Fue al final de mi primer día en un programa de tratamiento. Mi ansiedad había crecido y pasado del miedo al terror. Me senté en la fila de atrás, enterándome aquel día de que mis secretos me matarían. Algo en mi interior quería hablar. Estuve abriendo la boca y cerrándola. El tiempo iba pasando; luego llegó la hora del recién llegado. En vez de palabras, me salieron lágrimas. Un nudo en mi garganta explotó, y la pequeña voz de mi interior fue escuchada por primera vez en 31 años. “Mi nombre es N. Soy una anoréxica y una comedora compulsiva. No quiero morir. Se que moriré si sigo callada y guardando secretos”.

Por la gracia de Dios, he estado abstinente desde aquel día. Todos los días rezo a mi Poder Superior pidiendo buena voluntad, honestidad y mente abierta. Trabajando el programa de OA/CCA he encontrado alegría, amor, calor, sentido de pertenencia, crecimiento y cicatrización. Algunos días son fantásticos y otros son dolorosos. Algunos días no se lo que me pasa. La honestidad, la mente abierta y la buena voluntad me permiten simplemente “estar” ahí en esos días. No tendría recuperación sin honestidad, mente abierta y buena voluntad, ni podría mantenerla.

Al principio, la honestidad en OA/CCA me aterrorizaba, y veía a la gente llegar y marcharse. Necesitaba oír compartir a otros, y a veces la crudeza y el dolor me recordaban algo dentro de mí. Cuando tengo la buena voluntad de ser honesta y abierta, trabajo en mi recuperación.

(N, London, England. Lifeline)